El mundo gira cada vez más rápido y de igual manera el sistema de producción de industria de la moda atraviesa un proceso de aceleración nunca antes visto. 

Este sector es responsable del 10% de las emisiones mundiales anuales de carbono, más que todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo juntos. Cada año se producen en el mundo más de 80.000 millones de prendas. De estas prendas, el 75% acaban en los vertederos, lo que significa que la industria de la moda está absorbiendo los recursos de nuestro planeta a un ritmo insostenible.

Greenpeace ha señalado que los consumidores compran hoy un 60% más de ropa y la conservan la mitad de tiempo que hace 15 años. La gran mayoría de la ropa producida acaba incinerada o en vertederos, que tardan hasta 200 años en descomponerse, lo que genera aún más contaminación al emitir sustancias químicas peligrosas y gases de efecto invernadero.

Bajo esta situación, nacen nuevas alternativas de consumo más responsables y amigables con el medio ambiente y comprar de segunda mano se ha convertido en un acto realmente revolucionario.

La palabra sostenibilidad en 2024 está tan de moda como Birkin a principios de los noventa.

No tenemos que menospreciar pequeñas acciones para ayudar al planeta, al contrario, cada uno debe poner su granito de arena, y adquiriendo piezas de segunda mano pasas de ser parte del problema, a formar parte de la solución.